Hoy es el mañana del que ayer hablaste

A Humberto Maturana

Hoy es el mañana del que ayer hablaste

El presente es un lápiz flotando en el aire, acercándose a un papel que al tocarlo marca un punto. Una ínfima huella, un delicado momento, una pequeñísima  raya en una hoja en blanco.

Eso sólo  es un presente, un rasgo de este momento en que lees este escrito. Entonces este es el momento en que te abrazo y siento el inmenso amor que nos envuelve. El  presente es la sonrisa que estalla cuando nos miramos, y el presente es el soplar una vela de no se cuantos años.

Cada instante es un presente, cada presente es un espacio infinito para vivir la experiencia.

El presente es esta palabra, este sonido que se abre en tus oídos, el maravilloso encanto de la música que se dispersa en tu interior al leer cada letra que ilumina tu ser.

Si el presente es un sutil trazo del lápiz, en un continuo, el pasado es una forma de mirar los presentes ya acontecidos. Como si pudiéramos unir con la vista, todos esos puntos ya transitados y dar una ojeada de la línea hacia atrás, cada punto que estalló en el papel, cada instante abierto a la experiencia como una fotografía tras otra, inmóvil, estática, que solo muestra que todos esos puntos ya han sucedido

Esos puntos detenidos en su tiempo, fueron atravesando la experiencia vivida  y configurando de alguna manera, cada punto de este presente.

Entonces, ¿como poder imaginar el futuro?. ¿Cómo atravesar la incertidumbre y ver las líneas y figuras qué dibujará el lápiz en el mañana?

El futuro será entonces, el desconocido lado donde hará puntos el lápiz de la vida.

Podemos sentir que vamos caminando, con el estricto sentido del gerundio, porque vamos yendo, en un pastizal  tan alto que nos impide la vista hacia adelante.

Aquí es, que para vislumbrar el futuro, para señalar dónde quisiéramos poner las huellas del lápiz en el tiempo por venir,  podemos saltar, elevar la vista y atisbar hacia donde queremos ir.

Al volver al piso y transcurrir nuevamente cada presente, en ese pastizal que impide la mirada del mañana, se vuelve con “memoria del futuro” y desde allí intentar alcanzar ése lugar, ese momento en el futuro que observamos.

Esto no quiere decir que lleguemos hacia allí, hacia donde miramos. Es una mera intención, una tentativa del compás y el astrolabio. Pretendemos ir hacia ese lugar pero puede suceder que haya una variación por los cambios del camino, un desvío inesperado en algún presente,  o un obstáculo insospechado.

Es por esto, que en ciertos pasos de lo andado, en algún presente necesario, se puede realizar otro salto y mirar el mañana, para nuevamente “volver con memoria del futuro” y corregir si lo elegimos el camino hacia el futuro escogido.

La propuesta es de vivir el presente con la intensidad que elijamos, recabar de cada punto del pasado la experiencia adquirida, sin adjetivación alguna, ya que la experiencia es eso, experiencia, ni buena ni mala.

Optar en algún presente que consideremos necesario saltar y mirar para vislumbrar el futuro que queremos sin considerar siquiera que será tan exacto a como lo miramos en ese presente.

Alejandro Lemos

nevioalejandrolemos@gmail.com