Epimeleia, en griego, significa Cuidado.
El cuidado hacia Uno
El cuidado a los vínculos
El cuidado hacia lo espiritual



Somos una Asociación Civil sin fines de lucro, dedicada a brindar servicios de Consultoría psicológica.
Formados en el Enfoque Centrado en la Persona, sabemos que es el individuo el que poseé los recursos necesarios para su mejor desenvolvimiento.


NUESTROS OBJETIVOS

Desde el Counseling, nuestro objetivo es:

* Ayudar, orientar y acompañar a todas aquellas personas o grupos que se hallen en circunstancias difíciles del transcurrir vital para que logren una mejor calidad de vida
* Facilitar procesos de cambio, desarrollo y despliegue en personas y grupos
* Difundir lo concerniente al Counseling y al Enfoque centrado en la persona como profesión de ayuda y como metodología de trabajo
* Actuar como agentes de prevención primaria

sábado, 11 de junio de 2011

El hereje, una mirada hacia la locura

Abrirme a la experiencia y registrar la vivencia fue en sí, la propuesta que me hiciera antes de presenciar y sentir la película “El hereje”.
Al desplegarse el primer cuadro de diálogo, entre el crepúsculo y la primer bocanada de la noche el director, Jorge Falcone, me zambulle sin vuelcos a confrontar las primeras sensaciones.
En una manifiesta intención, Alfredo Moffat cuenta una anécdota de un loco lindo que. extraviado y desnudo en la avenida Santa fe, no pudo ser percibido por una señora con su hija quinceañera.
Con una sencilla manera de presentar, el director fue trazando pinceladas de color con sinceras formas de aproximación a una persona invisible, lejana, perdida y abandonada por gran parte de la sociedad.
Allí quedó instalado el primer eje, con esa hermosa humanidad que destella Alfredo Moffat, un arreglador de vidas, un profesional destacado, un sensible hombre que percibe a todos, incluso a los intocables
Uno a uno fueron apareciendo manifestaciones de hombres y mujeres que penaron por llevar una etiqueta de loco. Testimonios que desde la profundidad, hablaron de soledad, despojo, ausencia de libertad, y una incomprensión feroz que me llevó a buscar en los diálogos, la palabra aceptación.
Otro eje que me atravesó en la noche, fue la distancia. La distancia que puso esa mujer que caminando por la vereda no lo percibió como hombre padeciente, la distancia que desde el centro de la ciudad se ubican los manicomios, la distancia de ciertos médicos manicomiales con sus pacientes y la extrema distancia que llevan algunos entre el corazón y el cerebro.
En un viento arremolinado, se fueron abriendo las exposiciones de exclusión entre aquellos que estuvieron internados en un hospital psiquiátrico.
Como una tangente inevitable a la pérdida de libertad, apareció también la cárcel, los niños de la calle, los vejámenes en orfanatos, y el ya derogado servicio militar, con una historia de locura en Campo de Mayo.
A esa altura de la proyección, se movía intensamente dentro de mí, dos mareas opuestas sin generar contradicción alguna.
Por un lado, me inundaba el dolor, el desamparo y un miedo proveniente de mi hombre primitivo.
Por otra parte, un alivio en recibir a estos sobrevivientes de un sistema arcaico para acompañar la locura. Estas personas resilientes, que transitaron sus propios procesos de cambio y lograron salir del tremendo estigma de un certificado que anuncia la ausencia de la norma.
Estos prójimos nuestros, lograron modificarse, y en sí, la resiliencia es eso, una palabra proveniente de la física que enuncia la capacidad de los metales en recuperar su estado original.
Al finalizar, un agradable sabor a esperanza se instaló en mi boca, con la misma sensación de un café, fuerte y cargado de relatos vividos, con el anhelo de saborear tiempos mejores y paladeando la frase de Sartre que se dijo:”No importa lo que hicieron de ti, lo que importa es lo que vas a hacer con lo que hicieron de ti”.

Alejandro Lemos

30 de Mayo de 2011

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